Mis fundaciónes y yo adoptamos la causa del pueblo romaní a principios de la década de 1980. Cuando iniciamos este trabajo, la mayoría de los gitanos vivían en Europa del Este, aún bajo dominio comunista. Las condiciones no eran buenas. Lamentablemente, desde la caída del Muro de Berlín, la posición de los romaníes en la sociedad y la actitud de la mayoría de la población ha seguido empeorando. Muchas personas gitanas de éxito se ven presionadas para ocultar su identidad étnica. Algunos pueden hacerse pasar por no gitanos para escapar del estigma, pero el estereotipo negativo que prevalece en la sociedad en general permanece invariable. Estos estereotipos sobre los gitanos son peligrosos, no solo para ellos sino para todos nosotros. Los partidos de extrema derecha que se oponen al pueblo romaní son los mismos que se oponen a la Sociedad Abierta.

Hace treinta años, cuando hicimos nuestra la causa del pueblo romaní, era la peor causa de exclusión y discriminación por razones étnicas. Después de 30 años de experiencia, hemos llegado a la conclusión de que la situación no mejorará hasta que los gitanos puedan convertirse en los principales defensores de su propia causa.

Por tanto, ahora concentramos nuestros esfuerzos en permitir que lo sean. En este contexto, mi fundación ha facilitado becas universitarias a miles de jóvenes gitanos. El resultado es una élite romaní, pequeña pero con una formación adecuada, que acepta su identidad y se ha convertido en la defensa más efectiva de su causa. Con su ayuda, logramos convencer a la Unión Europea de que adoptara una política romaní y la financiara con un presupuesto importante.

Lamentablemente, la política no ha tenido tiempo suficiente para aportar algo de mejora, ya sea en las condiciones del pueblo gitano o en la actitud de las poblaciones mayoritarias. La crisis de los refugiados también ha agravado la situación de los gitanos porque ha restado atención y apoyo a su compleja situación.

Por eso creo que la creación del ERIAC (Instituto Europeo de Arte y Cultura Gitana) es tan importante. El ERIAC cuenta con el respaldo activo de un amplio abanico de intelectuales gitanos que se han unido alrededor de la Alianza para ERIAC. Algunos de ellos están apoyados por mi fundación, y otros son totalmente independientes.

Todos son conscientes de que el desarrollo de una identidad gitana orgullosa y una fuerte autoestima resulta imprescindible: los programas y las políticas oficiales de integración no son suficientes para superar la hostilidad profundamente arraigada y el racismo dirigido contra las comunidades romaníes. Están dispuestos a crear dentro del ERIAC una academia en la que artistas visuales, actores, escritores, lingüistas, historiadores, productores y demás agentes gitanos contribuyan a conservar, reconstruir y seguir desarrollando la cultura, identidad y autoestima gitanas.

Creo que la existencia y el desarrollo exitoso del ERIAC contribuirá a cambiar la actitud frente a los gitanos de aquellas personas que se conciencian de la misma. He creado muchas organizaciones y he apoyado muchas más. Sé por experiencia que crear una organización conlleva muchos problemas. La creación de esta organización ha sido especialmente complicada.

Por eso quiero dar las gracias a toda la gente que nos ha traído hasta aquí: el Secretario General Jagland y el Consejo de Europa, todos los miembros de la Alianza para el ERIAC, y todos los artistas y activistas gitanos y defensores de la causa gitana que han hecho este día posible. También me gustaría agradecer al Ministro de Estado Roth y al gobierno alemán su disposición al ofrecer una sede aquí en Berlín para el instituto. Espero que otros gobiernos sigan su ejemplo. La Comisión Europea aún no ha participado directamente, pero se ha mostrado dispuesta a buscar vías de apoyo al ERIAC y también le estoy agradecido por ello. Mis fundaciones siguen comprometidas y espero que otros filántropos particulares se unan a la causa.

Le deseo al ERIAC un gran éxito.